lunes, 21 de noviembre de 2011

Desastres Naturales

   Hoy en Castellón, província y capital, ha caído "la de San Dios" climatológicamente hablando. Mucha agua, mucho viento, rayos, truenos y retruécanos y de todo y demás, pero sobretodo agua. La gente llora, pero a muchos les pasa por inútiles. 
   Han salido a colación con lo dicho varias noticias en las cuales salían imágenes de coches arrastrados por los torrentes de agua y en algunos casos había hasta muertos. ¡¡¡Es que es normal!!! No puedes pretender pasar por medio de una rambla con metro y medio de agua en bajada a velocidad descomunal  con un puto Peugeot 206. Es imposible que salgas vivo de esa.  Otra imagen mostraba un carricoche; un cacharrillo de esos que no son ni moto ni coche; volcado a mitad caída de un barranco. Se había despeñado desde 20 metros más arriba desde puñetero sendero de grava y tierra. ¡¿Pero es que a quién se le ocurre?! No se ... en serio ... ¿en que momento el cerebro humano empieza a defecar en si mismo y quedarse en blanco? Porqué algo así ha de ocurrir dentro de ti para que cuando se te pase el apocalíptico pensamiento por la cabeza de "voy en un carricoche de mierda por un sendero por el que habitualmente transitan cabras pegado a un barranco de 50 metros bajo una lluvia torrencial como la que no he visto en mi vida, venga va, que no pasa ná, vamos p'alante" nada te diga en tu interior que no es, ni de lejos, la mejor idea que has tenido en los últimos diez años. Luego a llorar a los muertos. 
   Existe también la variante de las inundaciones de aquel que vive o se compró el chalecito en el viejo cauce de un río de esos "que nun callevau agua" y luego resulta que ese mismo agua se lleva por delante la casa, el coche y a hasta a la suegra por delante. Luego a llorar ... por la pérdida de bienes inmuebles y la inherente pérdida de patrimonio. Comentar el tema de las casitas a pie de playa que se convierten en rompeolas en días de tormenta y martejada y lloran porqué el ayuntamiento no hace nada. Que malo es el cabildo que no para las olas, ni  sabe manejar las mareas, ni corta el viento, ni multa a la madre naturaleza ni nada. 
   Esto me lleva a pensar también en la gente que se pierde, o peor, pierde la vida en las montañas. Como  mis congéneres. No me refiero a alpinistas profesionales que sufren accidentes frutos de la mala suerte o reveses del tiempo en cuestión de minutos. Me refiero a los matrimonios de gilipollas, mayores de 35 años, que de noche se van al hotelito con encanto a dormir pero de día son poco menos que Juanitos Oiarzábal en potencia. A ver, las autoridades no saben de tu existencia ni de tus intenciones, no tienes, ni por asomo, la preparación física suficiente, no conoces el terreno y no, no vale solo con haber visto a Jesús Calleja por la tele un par de veces. Entonces yo me pregunto ... ¿a que coño te subes a lo alto de una montaña por sendas de cazadores del s.XIX cuando el del tiempo ha dicho que nevará en las próximas dos semanas con insistencia con vientos en cumbre que superarán los 80 km/h? Ni lo entiendo ni lo entenderé. Son ganas de dar por el culo. Luego a llorar ... o a llamar a los servicios de emergencia, que se jueguen la vida por tu puta enagenación mental o crisis de madurez.
   Así que dicho esto, no seas gilipollas y si ves que tienes que pasar por una rivera, riachuelo que nunca lleva agua, rambla o junto a un barranco con tu mierda de coche, no pases. Y si te han salido canas, se te ha caído el pelo o tienes algo mas que una barriguita cervecera, no te subas a una montaña para demostrar que aun eres joven porqué no lo eres, cómprate un Audi chulo o algo así y deja esas cosas a Juanito Oiarzábal, que es de tu edad, pero no le quedan dedos en los pies y pocos en las manos, por algo será.
   
   

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